script

Los Angeles

" Los ángeles son a Dios lo que los rayos del sol, a éste.
Dios los creó para que estuvieran a nuestro servicio y nos atendieran.
Su razón de ser es contestar a nuestras oraciones.
Aunque vivamos en el mundo material ellos constituyen el vínculo especial que nos une a Él. Además, cada uno de nosotros tiene en su interior un fragmento de Dios, una chispa divina, que le permite acudir a los ángeles en busca de ayuda, ¡y esperar resultados! "

domingo, 2 de octubre de 2016

El Reconocimiento de la Vinculación Dévica


Sólo la sincera y profunda investigación esotérica podrá facilitarnos una adecuada información acerca de la vinculación espiritual de la humanidad con el ingente grupo de Entidades angélicas que viven y se mueven a su inmediato alrededor y son sus leales compañeros en el devenir de la evolución. Cada uno de tales Devas ocupa cierto lugar definido en la vida personal y espiritual de los seres humanos, constituyendo respuestas divinas a sus sinceros deseos de perfección y redención. Podríamos citar al respecto tres principales jerarquías dévicas: 

a) Las jerarquías angélicas, en el plano de la mente, cuya misión es  vivificar sus pensamientos y dotarles de coherencia y cualidad vibratoria. 
b) Las jerarquías angélicas, en el plano astral, que les dan forma psíquica y colorido específico a sus emociones, deseos y sentimientos y los expanden en forma magnética y radiante. 
c) Las jerarquías angélicas, en el plano etéríco-fisico, que transmiten prana vital al cuerpo físico denso y permiten su estabilidad y supervivencia. 
Se trata, como verán, de tres bien diferenciadas jerarquías en cada Plano de expresión de la vida natural y corriente de los seres humanos, pero que trabajan conjunta y simultáneamente para producir los ambientes sociales de la humanidad. Es lógico comprender, por tanto, que una parte muy importante en la evolución espiritual del hombre es el reconocimiento de que su triple vehículo: la mente, el vehículo emocional y el cuerpo físico, son una creación angélica en la que él sólo ha contribuido con la aportación, a menudo inconsciente, de sus pensamientos, deseos y acciones acumulados en su cuerpo causal en forma de cualidades psicológicas. Tal reconocimiento es la obra de la evolución espiritual conforme la corriente de vida humana se desplaza de los niveles instintivos y asciende hacia las elevadas zonas de la intuición, tratando de hallar su lugar en uno u otro de los infinitos peldaños que constituyen la Gran Escalera de Jacob místicamente definida como Sendero espiritual o Camino interno. Pero, fruto de tal reconocimiento será sin duda la capacidad de vivir íntegra y armoniosamente en aquel peldaño de luz que por ley corresponde a cada ser humano y el establecimiento de un contacto cada vez más consciente y definido con las fuentes de "revelación divina" que son los augustos moradores angélicos de los mundos invisibles, los cuales, utilizando la luz radiante del Éter, construyen no solamente los vehículos específicos de manifestación del hombre, sino que le preparan también las condiciones psíquicas que constituyen su ambiente social. Cuando tal contacto es realizado inteligente y deliberadamente y el propósito espiritual llena la parte más importante de su vida puede hacerse acreedor el hombre a la amistad de los Ángeles que de manera misteriosa están unidos al proceso de su existencia kármica. Se le abre entonces una perspectiva realmente esplendorosa en el orden espiritual y sobre su base de luz erige la noble estructura que ha de soportar el entero proceso de su mágica creación. Por vez primera en su dilatada serie de existencias temporales comprende el exacto valor del término AMISTAD, hasta aquel momento condicionada a las imperfectas condiciones humanas y a las inadecuadas normas sociales de vida, y a través del fraternal contacto angélico empieza a penetrar en la infinita extensión del ambiente cósmico, del cual empieza a sentirse una pequeña aunque consciente parte y a percibir a aquellos excelsos Ángeles y otras jerarquías solares que desde tiempos inmemoriales y desde los mundos invisibles vigilan con amorosa solicitud que suene para los hijos de los hombres la hora de su redención física y su espiritual perfección..., para "cantar al unísono la Gloria del Señor".



No hay comentarios:

Publicar un comentario