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Los Angeles

" Los ángeles son a Dios lo que los rayos del sol, a éste.
Dios los creó para que estuvieran a nuestro servicio y nos atendieran.
Su razón de ser es contestar a nuestras oraciones.
Aunque vivamos en el mundo material ellos constituyen el vínculo especial que nos une a Él. Además, cada uno de nosotros tiene en su interior un fragmento de Dios, una chispa divina, que le permite acudir a los ángeles en busca de ayuda, ¡y esperar resultados! "

domingo, 20 de noviembre de 2016

Vida elemental



                            


Los Seres de los Elementos fueron creados para servir a la humanidad a través de sus propios elementos en particular:

- Las salamandras a través del fuego

- Las ondinas a través del agua

- Los silfos y las hadas a través del aire

- Los gnomos a través de la tierra.

Mediante los esfuerzos y uso de sus vidas estos seres nos suministran las vestiduras de carne que nos ponemos, el agua que tomamos, la comida que tan abundantemente se nos suministra, el aire que respiramos, y TODO lo que es requerido para sostenernos en la Tierra. El Plan Divino de Vida tiene previsto que al hombre se le sirva con Amor y que, en retorno, el hombre vierta Amor, Gratitud y Bendiciones de vuelta a sus sirvientes. En los pensamientos y sentimientos propios de la humanidad se encuentran las causas de todas las expresiones destructivas de estos Elementales:

- Tornados

- Huracanes

- Maremotos

- Terremotos

Que no son más que esfuerzos de los Seres de los Elementos por deshacerse de la impureza y la discordia que el hombre ha impuesto sobre ellos durante millones de años.
Los desperdicios que son continuamente vertidos en la Tierra y en las aguas, y la energía impura que se tira al aire ha causado una presión de creación humana no sólo sobre el hombre en sí, sino también sobre el Reino Elemental.
Los Elementales han expresado bien y constantemente la Voluntad de Dios, pero en vista de que su propia naturaleza consiste en reflejar lo que ven y sienten, muchas de las condiciones catastróficas que se han exteriorizado desde la “caída del hombre” no se han debido a los naturalmente obedientes elementales. Más bien, se deben al hombre-ante quien los elementales han tomado el “voto de obediencia”-, ya que el hombre es la conciencia inteligente más elevada sobre la Tierra. De allí que los elementales reflejen el caos y la confusión de la humanidad. A menos que establezcamos conscientemente la armonía entre el Reino Elemental y la humanidad, ni aún los Directores de las Fuerzas de los Elementos podrán proteger a la humanidad de los elementales atormentados y resentidos.
Nuestros vehículos físicos están compuestos de incontables elementales pequeños que han renunciado a la alegría, la liberación y la belleza de su esfera natural para sostener nuestra estructura física durante incontables centurias.
Debemos dejar de condenar a los órganos, músculos, nervios y células de nuestro cuerpo que temporalmente parecen haber dejado de funcionar a la perfección ya que la culpa de ello es de nuestra personalidad y no de esos pequeños elementales que no hacen más que simplemente reflejar nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. La redención de estos elementales sólo puede venir a través de nuestros propios esfuerzos auto-conscientes de liberarlos a punta de amor.
Los elementales aprenden y evolucionan a través de la imitación y la obediencia controlada. Crecen para convertirse en Devas y Constructores de la Forma, en los Grandes Espíritus que controlan las montañas y las sostienen en su Patrón Divino. Ellos evolucionan en Grandes Elohim, creando Planetas y Sistemas y pueden convertirse en Guardianes Silenciosos de un universo o galaxia.
A la evolución humana le concierne la creación de la forma, a los elementales les concierne solamente las preferencias del cuerpo mental por medio de las cuales es cortado de la Sustancia Universal un diseño particular, correspondiente a una idea y luego a través de la acción del mundo de sentimientos, dicha forma será energizada, dándole vida y bajándola dentro del plano tridimensional.
La conciencia de los elementales consiste en convertirse en esa forma, en sacrificar Su Felicidad y Su Alegría y entrar dentro del patrón de pensamiento del hombre que evoluciona, dándole forma a esa idea por medio de Su propia Vida.
La conciencia de los ángeles consiste en traer la radiación a través de la forma, dándole Su Vida, dirigiéndola y llenando el Universo con Sus bendiciones.
Si paráramos un elemental, un hombre y un ángel frente a un cáliz, aparecería ante cada conciencia de la siguiente manera:

- El elemental vería a todos sus pequeños amigos dentro del vidrio que constituye dicha forma-sus caras brillantes, sus cuerpos diminutos, sosteniendo el contorno de la copa y la base.

- El hombre vería el vidrio, juzgaría su valor y quizás se preguntaría si es cristal o no.

- El ángel vería el Poder del Fuego Sagrado, atraído por el amado Director de ustedes a la copa, fluyendo a través de ella.

Las actividades de los tres Reinos son necesarias para tener una manifestación perfecta en el mundo de la forma.

De ahí la importancia de que la humanidad cese de crear formas de pensamiento que los elementales están forzados a llenar con sus propios cuerpos ligeros y las cuales son una distorsión de la Vida, aprisionándolos algunas veces durante centurias en vórtices malignos que nos harían desmayar si los pudiéramos ver con la Visión Interna.
Al entrar en una gran ciudad se ve la vida elemental aprisionada, la cual en obediencia al decreto de un ser humano, está sufriendo encarcelamiento en estos vórtices de lujuria, cólera, odio y resentimiento.
El conocimiento y control de los Cuatro Elementos y sus habitantes es parte del entrenamiento del chela. El estudiante de Verdad debería conocer los buenos usos que se le pueden dar a estos elementos y sus habitantes (v.g. elementales), así como también la distorsión de sus expresiones mediante la calificación incorrecta por parte de la humanidad.
El Elemento Fuego es el más importante de los cuatro, ya que es una expresión del Fuego Sagrado-del cual proceden tanto la Llama Violeta como todas las otras Llamas. Una de las actividades constructivas del Fuego Sagrado en el plano físico es la purificación de la basura y de los cuerpos humanos mediante la incineración, lo cual permite a los elementos regresar al Sol para ser repolarizados. La actividad destructiva de este elemento salta a la vista en los incendios de edificios y bosques, así como también en las tormentas eléctricas y en el uso de las armas de fuego, bombas, etc
El Elemento Aire también es muy importante para el mantenimiento de la vida en el plano físico, ya que sin aire la gente no puede vivir del todo. Mediante el control consciente del aliento, no sólo puede armonizarse a los propios cuerpos, haciéndolos mejores Templos del Dios Viviente “YO SOY”, sino que también puede purificarse el propio entorno. La actividad beneficiosa de este elemento se nota en las cálidas y refrescantes brisas doquiera que se requiera de éstas. Igualmente, constituye el medio de impulsar botes y veleros en los océanos y ríos, así como a los aviones. Su actividad destructiva puede verse en los ciclones y tormentas.
El Elemento Agua está relacionado al cuerpo emocional, y la purificación de este cuerpo. En el plano físico, el elemento agua es un gran agente limpiador, y también es uno de los factores claves en el equilibrio de las condiciones atmosféricas y producción de cosechas. Su actividad destructiva puede observarse en las inundaciones, sequías y naufragios en el mar en los que perecen hombres y animales. El Maestro Jesús demostró que se podía controlar este elemento (así como todos los demás), cuando aquietó las aguas turbulentas en el mar de Galilea.
El Elemento Tierra es vital para la producción de alimentos, de manera que la humanidad pueda construir cuerpos perfectos que serán los puestos de avanzada sobre la tierra para las Actividades Cósmicas y Espirituales. Vemos su acción beneficiosa en los bellos paisajes, en los pájaros, las flores; en los bellos minerales, y, por supuesto, en la producción de cosechas. Su acción destructiva puede verse en los derrumbes, volcanes y terremotos.
La purificación diaria de los Elementos y el cultivo de la amistad de los Elementales es un prerrequisito del chela.
Si el hombre estuviera agradecido por los servicios de los elementos en su cuerpo, no habría enfermedades del cuerpo. No podría haber enfermedades de la mente ni de las emociones si el individuo estuviera agradecido por la Inteligencia Divina y por la sustancia de Sentimiento que el Creador Cósmico le prestó.
Los Elementos Fuego, Aire, Agua y Tierra fueron inicialmente cargados por la Deidad para ser obedientes a la voluntad del hombre, y Ellos conforman los únicos conductores que transportan el sonido, el pensamiento, el sentimiento y aún la materia misma desde un lugar a otro. Los Elementos son los mensajeros que conectan y correlacionan un Universo en particular con respecto a todos Sus Reinos.
Si dos individuos estuvieran separados por un vacío desde el cual los Cuatro Elementos hubieran sido retirados, esos individuos no podrían verse entre sí, escucharse entre sí, sentirse entre sí, ni saber por medio externo o interno alguno de la presencia del otro; pero mediante la misma Ley que ha provisto los Elementos como un medio de contacto con los miembros necesarios de esta evolución, también encontrarán que el libre albedrío humano destructivo puede así mismo ordenarles ser los transmisores inconscientes de pestilencia, enfermedad y aflicción.