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Los Angeles

" Los ángeles son a Dios lo que los rayos del sol, a éste.
Dios los creó para que estuvieran a nuestro servicio y nos atendieran.
Su razón de ser es contestar a nuestras oraciones.
Aunque vivamos en el mundo material ellos constituyen el vínculo especial que nos une a Él. Además, cada uno de nosotros tiene en su interior un fragmento de Dios, una chispa divina, que le permite acudir a los ángeles en busca de ayuda, ¡y esperar resultados! "

viernes, 19 de mayo de 2017

Las hadas y los hechizos



publicado en mi pagina


Su actitud respecto del hombre

La mayor parte de los espíritus de la naturaleza repugnan y evitan la compañía del hombre, y no es extraño que así sea, pues para ellos el hombre es un devastador demonio que destruye y despoja por doquiera que pasa.
A sangre fría y a veces entre horribles tormentos mata el hombre a las hermosas criaturas de que los espíritus de la naturaleza gustan cuidar. Abate los árboles, siega las hierbas, arranca las flores y desidiosamente las echa para que se marchiten. Suplanta la amable vida en el seno de la naturaleza con sus horribles ladrillos y cementos, y la fragancia de las flores con los mefíticos vapores de sus
manipulaciones químicas y el ensuciador humo de sus fábricas. ¿Es extraño que las hadas nos miren con horror y se aparten de nosotros como nos apartamos de un reptil ponzoñoso?.
No solo devastamos cuanto más amable es para las hadas, sino que la mayor parte de nuestros hábitos y emanaciones les desagradan. Envenenamos el suavísimo aire con repugnantes vapores de alcohol y humo de tabaco. Nuestras inquietas e indómitas pasiones levantan un continuo flujo de corrientes astrales que las perturba y enoja con el mismo disgusto que tendríamos nosotros si nos vaciaran encima un cubo de agua infecta. Para los espíritus de la naturaleza la cercanía del hombre ordinario equivale a estar bajo la furia de un huracán que soplara en una sentina. No son ángeles con el perfecto conocimiento a que acompaña la perfecta paciencia, sino que son como niños inocentes y algunos de ellos cual juguetones gatitos excepcionalmente inteligentes. Por otra parte ¿es extraño que nos repugnen, rechacen y eviten si por costumbre ultrajamos sus mas nobles y elevados sentimientos?
Se conocen dos casos en que a causa de excesiva intrusión o molestia por parte del hombre, mostraron las hadas notoria malicia y se desquitaron del daño. Esto denota que por lo general, no obstante las insoportables provocaciones del hombre, rara vez se encolerizan las hadas pues su acostumbrado procedimiento de repeler a un intruso es hacerle victima de alguna broma a menudo puerilmente pesada, pero nunca gravemente dañosa. Se gozan en extraviar o engañar al intruso, haciéndole perder el camino al cruzar un pantano, manteniéndole dando vueltas de círculo toda la noche mientras cree que anda en derechura o forjándole la ilusión de que ve palacios y castillos en donde no hay tales.
Varios cuentos y leyendas sobre esta curiosa característica de las hadas subsisten tradicionalmente entre los aldeanos de casi todas las comarcas montesinas.

Hechizo


Las hadas se valen eficazmente en sus tretas y burlas de la maravillosa facultad que tienen de hechizar a quienes ceden a su influencia, de modo que mientras están sujetos al hechizo, solo ven y oyen lo que las hadas les sugieren al igual del hipnotizado que únicamente ve, oye, palpa, gusta y huele lo que el magnetizador desea.
Sin embargo, los espíritus de la naturaleza no tienen la hipnótica facultad de dominar la voluntad humana, excepto cuando se trata de gentes de pobre entendimiento que ceden a un invencible terror durante el cual queda en suspenso la voluntad.
Las hadas no tienen otro poder que el de alucinar los sentidos pero en esto son indiscutiblemente maestras y no han faltado casos en que hechizaron de golpe a gran número de gentes.
Los juglares de la India efectúan con el impetrado auxilio de las hadas sus más sorprendentes suertes, entre ellas la del cesto o aquella otra en que el juglar lanza aire arriba una cuerda que se coloca y mantiene tirante en el espacio sin apoyo alguno, hasta que desaparece luego de saltar por ella el prestidigitador. Los circunstantes están en este caso colectivamente alucinados y se figuran que presencian una serie de sucesos que no han ocurrido en realidad,
El poder del hechizo consiste sencillamente en forjar una vigorosa imagen mental y proyectarla después en la mente del hechizado. A la generalidad de los hombres les parecerá eso casi imposible porque nunca lo intentaron ni tienen idea de como se realiza. La mente del hada no es tan amplia como la del hombre; pero está acostumbradísima a forjar imágenes y proyectarlas en ajenas mentes, porque tal esuna de las principales tareas de su vida cotidiana.
No es extraño que con tan continuada práctica sean las hadas expertas en esta operación, que resulta mucho mas sencilla para ellas cuando como en el caso de los juglares índicos, se ha de reproducir centenares de veces la misma imagen, hasta que cada pormenor se traza sin esfuerzo a consecuencia del hábito.
Para comprender bien como se hace esto, debemos recordar que las imágenes mentales tienen realidad, pues son construcciones de materia mental y que la línea de comunicación entre la mente y el cerebro físico pasa por las contrapartes astral y etérica de este mismo cerebro, pudiendo interceptarse la comunicación por medio de un obstáculo colocado en cualquier punto intermedio.
Algunos espíritus de la naturaleza suelen concurrir a las sesiones espiritistas con objeto de remedar engañosamente los fenómenos físicos. Quienes hayan frecuentado dichas sesiones recordarán casos de bromas y burlas sin malicia, que denotan casi siempre la presencia de un espíritu de la naturaleza, aunque también cabe atribuirlas a un difunto que en vida fue lo bastante casquivano para creer que divierten las tonterías y no ha tenido aún tiempo de adquirir sabiduría.



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